Esculapio
Soy médico, si lo soy, honestamente no recuerdo el día que tomé la decisión de serlo, ni cómo llegué a la misma. Pero si tengo presente el instante en que vi mi primer paciente, hace 25 años, en mi calidad de estudiante de semiología clínica. Mi primer paciente, fue una mujer de 70 años, delgada y de carácter humilde, estaba hospitalizada y recuerdo el honor que sentí al poder examinarla y que ella confiara en mi mano temblorosa de inseguridad y mi mente con miles de dudas. También recuerdo la tristeza tan profunda que sentí dentro de mí, al quedarme con la manzana que le compré ya que a la mañana siguiente, su cama estaba vacía.
Fue ahí cuando inició mi viaje en ese tren de alta velocidad que imposibilita saltar y que no deja tiempo libre para pensar, si debes seguir adelante, si no solo en la manera de cómo hacerlo y conseguir el tan anhelado trofeo que más que un cartón certificante, es el respeto sin orgullo, de ser parte de ese selecto grupo que inspira la confianza del prójimo con tan alto nivel de altruismo que podría confundirse como prepotencia intelectual.
Pero hoy observo una percepción diferente de mi profesión, tal como veo ese símbolo sagrado conocido como BÁCULO DE ASCLEPIO O BASTON DE ESCULAPIO “EL VERDADERO SÍMBOLO DE LA MEDICINA” Que se está tirando al olvido por las nuevas generaciones e incluso por la misma sociedad en crisis, que hasta lo confunden con el caduceo de Hermes.
Recordemos qué es el Bastón de esculapio:
Representado por la serpiente enrollada en un bastón, que denota el rejuvenecimiento (por la muda de la piel), la sabiduría, la fertilidad, la salud, la prosperidad y sobre todo la PRUDENCIA en su actuar, guiado por el principio fundamental de “No hacer daño”
El báculo o la vara de ciprés, árbol considerado sagrado por su longevidad, lo que originó que se le llamara «árbol de la vida Es el símbolo por excelencia de la profesión médica. Tiene, además, un nudo en su extremo superior, que indica las dificultades de la ciencia médica, fracasos y decepciones de la misma, en pro de la humanidad, incluso en detrimento de la propia salud de aquellos que practican tal ejercicio. Este bastón reafirma el liderazgo que debe tener el medico por confianza y convicción a los demás y no por imposición y temor
Hoy la serpiente no actúa con prudencia, si no con miedo, miedo de una demanda médico legal y el bastón ha sido arrebatado de nuestras manos y ahora está en poder de dirigentes y a merced de políticas que intentan hacer de la salud un instrumento productivo en términos económicos.


