lunes, 26 de diciembre de 2022

Saudade

 




Saudade

 

Cuando se viaja con el corazón abierto, nos integramos a la nueva cultura, viviéndolo como algo único y mucho más que un simple viaje de observación;

Al regresar jamás vuelve a ser lo mismo,

 

Se gana vivencias y crecimiento personal, pero se pierde al mismo tiempo parte de nuestra identidad al dejar un pedazo de uno mismo en cada lugar, desprenderse de personas, lugares, olores y experiencias vividas que inútilmente después de años al regresar trataremos de recrear, pero tampoco será lo mismo y duele, preguntar por ese amigo que ya no está sea por mudanza o por despedida definitiva del mundo terrenal o al ver un café donde quedaba ese bar arrabal de recuerdos de antaño; Duele 

Cuando se vive y viaja con pasión y entrega, dejamos un trozo de nosotros en esos lugares especiales y el recuerdo de nosotros en los corazones de quien se queda

Aquí es donde cabe la palabra en Portugués “SAUDADE”, que a mi concepto no hay traducción exacta en ningún otro idioma que conozco

 

Saudade, es ese ese sentimiento de añoranza con dolor y alegría al mismo tiempo, por lo vivido que solo se experimenta al vivir de inmigrante.

 

Alberto Ramírez Jr.


lunes, 12 de diciembre de 2022

Mi madre con ALZHEIMER

 



Mi madre con ALZHEIMER


Es una forma inexcusable de catarsis el poder escribir de manera abierta, aun sin saber si alguien leerá este texto, pero con la certeza que yo si lo haré, lo leeré y releeré, buscando la utópica perfección ante mis ojos, sabiendo que jamás será suficiente y no se llenará el vacío de despedirte en vida, al recordar cómo me saludabas cien veces en la etapa de Alzheimer moderado y guardabas en lugares inhóspitos las medias, el reloj y la billetera que veías abandonada en la mesa del comedor. Pero hoy no me saludas y ni siquiera te es importante quién soy y que hago en tu casa, pues ya estás en Alzheimer avanzado o grave. Pero me consuela saber que ya no sufres por la bendita inconsciencia de que olvidas que te olvidas.

Alzheimer, definida someramente como una Enfermedad progresiva que afecta a la memoria y otras importantes funciones mentales.

No es la intención desear profundizar en la en la fisio patología de la enfermedad. Narraré una anécdota que, dentro de lo triste, muestra como gana el amor;
Érase un caluroso domingo en Cartagena de indias. Mi padre acompañaba a mi madre en un día anormalmente normal y cotidiano de cuidador de una paciente con Alzheimer moderado, casada con mi viejo desde los 17 años, y pariéndome a los 18, siendo yo su hijo mayor.
Mi madre, una mujer de 62 años quien inicia con síntomas cognitivos del alzheimer a los 56, de manera prematura, en comparación con sus demás hermanas que iniciaron después de los 62 años como herencia genética de mi abuela Susana, en este caso patología ligada al sexo femenino.

Esa mañana mi madre entra en crisis deseando marchase para su pueblo de nacimiento Arjona Bolívar, se coloca su ropa de salir, hasta una pava (Sombrero femenino) para protegerse del sol, le dice a mi padre que tomen el bus para macharse a su casa. Mi padre por recomendación del psiquiatra, le sigue la idea diciéndole que en un momento irán, esperando que se le olvide la intensión. Pasadas 2 horas, mi madre no reconoce a su amor de toda la vida y le empieza a decir señor, ¿” Señor por favor Ud. que hace aquí?, Estoy esperado a mi esposo Alberto Ramírez. Mi padre le responde que él es Alberto Ramírez, pero mi madre le expresa que no, que está viejo y su esposo es un hombre joven de 23 años y que está trabajando en petroquímica. Esta es la primera vez que mi madre no reconoce a mi padre, y no deseo haber vivido esa experiencia.

Mi padre traga en seco y le sigue la idea, diciéndole que la va a cuidar mientras su esposo llega, a lo que ella le responde que él es un señor muy amable y bueno pero que espere fuera de la casa porque no está bien que este dentro sin su marido estar presente, no quedando más que salir y esperar en la puerta hasta que mi madre recobrara la conciencia.

Pasaron un par horas y Una vez siendo la misma mujer, con la conciencia de regreso, le grita a mi padre con su clásico acento y típica exigencia de matrona costeña; Ajá ¿y tú que haces afuera como un bobo?, entra y ayúdame a sacar los pescados pal sancocho. En ese momento mi padre supo que había regresado, pero a la vez, también supo que se empezaba a ir definitivamente y así fue.

En las etapas tempranas del Alzheimer se pierde la memoria a corto plazo o reciente y se aferra en la pasada, incluso años atrás, volviendo en algunos casos a la niñez, infelizmente al progresar la enfermedad también se perderán estos recuerdos. Las etapas tempranas de la enfermedad es donde el paciente más sufre al ser consciente de su deterioro cognitivo progresivo y es ahí donde se debe tener más paciencia, nutrirse de información valiosa, recibir asesoría especializada para poder afrontar y enfrentar la situación ya que cada vez serán más comunes las crisis. Ya en la fase grave o avanzada del Alzheimer el paciente deja de sufrir por la pérdida de la memoria y deja de ser consciente de la enfermedad, pero es cuando los seres amados se despiden aun, teniéndolos físicamente.

En este texto narrativo expreso la lealtad de dos seres que se aman inmensamente aún en la inconsciencia y que a pesar de la enfermedad siguen firmes hasta el fin de sus días. Mi madre hoy está en etapa avanzada y mi padre, su amor (Su papi, como le llama desde siempre ) sigue cuidando cada detalle para que "Su amor bonito" esté lo mejor posible con la resignación de la despedida en vida.


Dr Alberto Enrique Ramírez García,
MD especialista en Anestesiología. Especialista en Dolor y cuidado Paliativo
Maestría en el tratamiento del dolor y en Fibromialgia
Posgrado Experto en Fibromialgia

viernes, 2 de diciembre de 2022

MI COMPROMISO ANTE EL DOLOR

 

MI COMPROMISO ANTE EL DOLOR

La vida es un camino lleno de alergias, y tristezas, de amor y desamor, pero principalmente de salud y enfermedad. Estos son los contrastes que hacen de vivir una sorpresa y cambios constantes, algunos de estos cambios pasajeros y otros que nos seguirán acompañando por largo tiempo e incluso para toda la vida sin siquiera pedirnos permiso para quedarse, este es el caso del dolor crónico.

El dolor cuando pierde su carácter protector y está presente por un tiempo superior a 3 o 6 meses (Depende de la teoría) se convierte en dolor CRÓNICO, instaurándose como una enfermedad por sí mismo el cual debe ser tratado con idoneidad, respeto, voluntad de ayuda, pero principalmente y lo más básico con credibilidad, “SI el paciente dice que le duele es porque le duele”.

El dolor crónico afecta la vida de la persona que lo padece, en todos los aspectos de la misma, desde lo físico, moral, personal, familiar, laboral, social   y hasta de pareja, cambiando así la prospectiva de todo lo preestablecido y teniendo que adaptarse a su nueva vida. Desarrollando para algunos; cualidades ocultas o que creían que carecían, tal como la templanza y adaptabilidad.

Es un compromiso del médico tratante ayudar al paciente con dolor crónico de manera profesional abordando las diferentes dimensiones de afectación y génesis del dolor, en muchas ocasiones apoyándonos en las diferentes especialidades afines resaltando entre ellas las relacionadas con la salud mental, psicología y psiquiatría, ya que el dolor persistente es capaz de afectar la calidad de vida haciendo círculos viciosos que aumenta la sensación dolorosa

Es por eso que el paciente más que deber “TIENE LA OBLIGACIÓN” de ser partícipe activo de su recuperación y rehabilitación en todos los escenarios, debe cambiar lo que lo enfermo y todo aquello que perpetúa la enfermedad, hábitos de vida, alimentación, relaciones tóxicas interpersonales, etc.

Este texto es una invitación a identificar y a cambiar todo aquello que nos enferma, sabiendo de antemano que los medicamentos son una ayuda de gran importancia para curar y tratar la enfermedad, entre ellas el dolor, pero son los cambios de vida los que nos ayuda para que esta mejoría sea más profunda y se pueda perpetuar en el tiempo.

Cito una frase de Hipócrates 400 años antes de Cristo y que aún en nuestros días, se adapta perfectamente.

“Antes de curar a alguien, pregúntale si está dispuesto a renunciar a las cosas que lo enferman”.


Dr. Alberto Ramírez García


TARTAMUDO

  Tartamudo   “Tengo tantas cosas importantes que decirles que me perdonaran si tartamudeo y demoro un poco más en mi ponencia” fue lo pr...