MI AMADO ARTE MÉDICO
Extracto del Libro: Ciencia y Arte del Dolor Creativo - Autor: Alberto Enrique Ramírez García
Soy médico, sí, lo soy; honestamente hoy no recuerdo el día en que tomé la decisión de serlo, ni los motivos catalizadores que me condujeron a tomar la medicina como vocación, profesión y oficio, pero sí recuerdo al padre de mi gran amigo Nelson Ospino, quien le heredó más que el mismo nombre a su hijo, la bondad infinita. Quizás demasiado evolucionados para el presente de la humanidad. Recuerdo que el señor Nelson empezó a llamarme doctor y médico desde que estaba en último año de escuela, cuando ni siquiera yo sabía qué iba a estudiar después de graduarme, como si supiera mi futuro con tal certeza y seguridad en sus palabras que aún las recuerdo como si hubiese sido ayer y no hace 30 años.
Tengo presente y prendido en mi memoria aquel inmaculado instante en el que vi a mi primera paciente en calidad de estudiante de semiología clínica, y el honor que sentí al poderla examinar y que ella le permitiera con una tierna y maternal sonrisa a ese pichón de médico que con su mano temblorosa de inseguridad y con la mente llena de más dudas que respuestas, posara delicadamente su estetoscopio en su frágil y delgado pecho semidescubierto.
También recuerdo la tristeza tan profunda que sentí al quedarme con la manzana que le compré, guardándola en el bolsillo izquierdo de mi bata blanca, ya que en la mañana siguiente su cama estaba vacía esperando ser ocupada por otro paciente; sentí que perdía la primera de muchas batallas contra la muerte.
Alberto Enrique Ramírez García
Especialista en Dolor y Cuidados Paliativos
